Almeida: «Dudar de la honradez de Ayuso que derrotó a Sánchez y jubiló a Iglesias fue un error»
Lo primero que hace José Luis Martínez-Almeida (Madrid, 1975) nada más llegar a la entrevista en el faraónico Palacio de Cibeles es hablar sin parar de su otra pasión: el fútbol. Se queja, entre risas, de que OKDIARIO le haya bautizado como “el talismán del Real Madrid” porque cada vez que pisa el Santiago Bernabéu su no muy querido equipo merengue salda el partido con victoria. Su efectividad como jugador número 12 de los merengues es incuestionable: un 100% de acierto. Finalizado el debate futbolístico, entra en harina. Se muestra más duro que nunca con Pedro Sánchez, explica y consigue que se entienda, al fin, lo que ha hecho en Madrid Central y lanza una andanada tremenda contra Teodoro García Egea, demostrando lo que algunos sabíamos, que el PP vivía una rebelión silenciosa contra el ex secretario general, que acabó estallando el fin de semana del 19 al 20 de febrero. ¡Ah! y deja en el aire su asistencia al Clásico del domingo. Debe ser que ya está harto de dar suerte al eterno rival.
Pregunta.-¿Se arrepiente de haber sido portavoz nacional del Partido Popular?
Respuesta.-No, no me arrepiento. No creo que sea una cuestión de arrepentirse. En aquel momento, España vivía una situación muy dura, con la vuelta del verano tras la primera ola de la pandemia y con el Gobierno mentiroso que tenemos… y Pablo Casado me pidió que diera un paso adelante en el proyecto del Partido Popular. Yo creo que cuando uno hace lo que cree, al margen de que le pueda convenir o no personalmente o en términos políticos, no se arrepiente. Otra cosa es lo que me planteaba la gente, si, desde el punto de vista de la imagen, podía ser compatible ser portavoz nacional y alcalde. Lo he hecho de la mejor forma que he entendido pero, en estos momentos, agradezco centrarme exclusivamente en mis funciones como alcalde de Madrid.
P.- ¿Y si Feijóo le ofrece algo a nivel nacional?
R.- Creo que la primera línea del partido ya no está pensada para mí, que me tengo que plantear única y exclusivamente el Ayuntamiento de Madrid. Le debo mucho a los madrileños por la confianza y el cariño que me han dado a lo largo de todos estos años. Esto no quiere decir que no se pueda tener algún tipo de representación en el partido. Pero creo que lo que es la primera línea, como ser portavoz nacional, no es lo que los madrileños esperan de mí en estos momentos.
P.- ¿Cómo es su relación con la señora Ayuso? Cada vez que les he visto es espectacularmente buena. Pero no sé si después de todo lo que ocurrió con el espionaje se ha deteriorado.
R.- Lo primero, es agradecer la confianza que la presidenta tuvo en mí desde el primer momento, cuando saltaron todas las informaciones. Que ella saliera en esa comparecencia, que no fue fácil para ella, y dijera que confiaba en el alcalde, un mensaje que luego ha reiterado en público, pero también en privado conmigo, fue muy importante para mí. Y no lo digo únicamente en términos políticos, porque creo que Isabel Díaz Ayuso y yo habíamos construido una relación personal con una sintonía política que ha permitido que el Ayuntamiento y la Comunidad trabajaran de la forma en que lo hemos hecho a lo largo de esta legislatura. Es obvio que cualquier situación política, con las turbulencias que hemos tenido que atravesar, pudiera afectar a las relaciones. Pero ayer estuve con la presidenta en la presentación de los carteles de San Isidro; hoy tenemos un acto con Alberto Núñez Feijóo; mañana, un homenaje a Tomás Serrano, concejal fallecido del Partido Popular y diputado autonómico… Los madrileños pueden estar completamente tranquilos porque la relación entre la presidenta y el alcalde es la misma y tenemos el mismo objetivo.
P.- Cada vez que he estado con ustedes se llamaban partner (socio). ¿Se siguen llamando así?
R.- Reconozco que yo la llamo más Isa.
P.- Pues en campaña era todo el rato partner por aquí y por allá.
R.- Pero en privado yo le suelo decir Isa y ella, partner. Ayer, por ejemplo, en la presentación de los carteles de San Isidro, cuando nos saludamos, le dije «¿qué tal Isa?» Y ella me dijo «¿qué tal tú, partner?».
P.- ¿Espiaron ustedes a Isabel Díaz Ayuso desde el Ayuntamiento de Madrid?
R.- No, y eso lo puedo confirmar categóricamente. Aquí no se ha producido ningún encargo ni se ha pagado dinero público. Soy el primero que quiere llegar hasta el fondo de la verdad y averiguar exactamente qué es lo que ha pasado. Les puedo decir a los madrileños, por todas las averiguaciones que hemos hecho, que no ha habido ningún encargo ni se ha pagado dinero público del Ayuntamiento de Madrid.
P.- ¿Pero, hubo algún elemento aislado que intentó hacer esa investigación desde la Empresa Municipal de la Vivienda?
R.- Esas son las informaciones que han aparecido en los medios de comunicación y mi obligación es investigar. Espero que la oposición no quiera montar un circo en la comisión de investigación que se ha creado sino saber, igual que yo, qué es lo que ha pasado. Y, una vez que tengamos toda esa información, podré dar una respuesta categórica sobre si se intentaron producir o no esos contactos. Las averiguaciones que nosotros hemos hecho, y las versiones que se han ido dando, no han acreditado que se produjera ese contacto.
P.- ¿Se han inventado entonces lo del detective? Es un personaje curioso, raro…
R.- Es un personaje curioso, pero mire, la misma extrañeza y curiosidad tengo yo. Lo que tenemos que hacer es llegar hasta el final de lo que ha pasado y depurar todas las responsabilidades.
P.- Si no hubiese habido nada no se hubiera ido Carromero ni dimitido el jefe de prensa de la Empresa Municipal de la Vivienda.
R.- Cuando aparecen las informaciones de El Confidencial, cuando yo ya había dado la rueda de prensa, llamo a Ángel Carromero y le digo: Ángel, ¿qué explicaciones hay ante esto?». Él me lo niega tajantemente, me dice que no hay nada. Pero es cierto que, si siguen apareciendo informaciones de esas características, en las que se relaciona a cargos del Ayuntamiento de Madrid con la presunta obtención de información relativa a la presidenta o a sus familiares, se produce un daño a la honorabilidad y a la reputación del Ayuntamiento. Y Ángel Carromero también entiende que, para su mejor defensa y para respetar la reputación del Ayuntamiento, lo mejor es dimitir.
P.- ¿Y el jefe de prensa de la Empresa Municipal de la Vivienda?
R.- Con él no he hablado ni he tenido ningún tipo de contacto. La versión que me da el presidente de la Empresa Municipal de la Vivienda es que ha alegado motivos personales para dejar el cargo.
P.- Bueno, pero eso no se lo cree nadie. Usted es de los más listos que yo he conocido en política, no se puede creer eso.
R.- Mire, cuando estamos hablando de cuestiones tan sensibles como las que estamos hablando, que afectan gravemente a la honorabilidad de las personas y que han afectado también seriamente a la presidenta de la Comunidad de Madrid, yo, al margen de la interpretación que pueda o no tener, tengo que hablar sobre hechos ciertos.
P.- Creo que Carromero tenía difícil hacer ninguna investigación sobre nadie desde el Ayuntamiento de Madrid porque me dicen que venía una vez al mes, si venía.
R.- No, Ángel cumplía con las obligaciones que tenía como director general de Coordinación de la Alcaldía.
P.- ¿Pero su horario laboral era que viniera una vez al mes? Porque estaba todo el día en Génova 13 con Teodoro García Egea.
R.- Es que él también tenía responsabilidades en el partido, era presidente del Comité Electoral del PP de Madrid y del distrito de Chamartín. Lo que sí puedo decir, al margen de que entenderá usted que no hago un control horario de las personas que trabajan aquí, es que las funciones que Ángel Carromero tenía encomendadas en el Ayuntamiento se cumplían.
P.- Debía coordinar poco, insisto, porque a mí me dicen que por aquí no aparecía.
R.- Bueno, yo le puedo decir que aquí a Ángel Carromero le veía.
P.- ¿Qué le parece el final que está teniendo Pablo Casado? El jueves pasado, en París, dijo que había luchado contra la corrupción, llamando implícitamente corrupta a Isabel Díaz Ayuso. También vino a decir que no había pactado nunca con la ultraderecha, con Vox, que yo no creo por cierto que sea la ultraderecha. Sin embargo, pactó en Andalucía, en la Comunidad de Madrid, en Murcia, ¿qué le parecen esas palabras?
R.- En primer lugar, el acuerdo de Gobierno que ha firmado Alfonso Fernández Mañueco con Vox en Castilla y León es irreprochable en su contenido. Y, por otra parte, es la tercera fuerza política en España. Cuando uno no obtiene la mayoría para poder gobernar en solitario, lógicamente tiene que llegar a pactos. Lo que no puede ser es que se pretenda aplicar un cordón sanitario a partidos como Vox y, sin embargo, los que están gobernando en España con Podemos, con los independentistas, con los golpistas, con los herederos de ETA, sean los que nos digan con quién podemos o con quién no podemos pactar. Además, ese pacto es público. ¿Alguien conoce los pactos de Pedro Sánchez con Bildu? Nadie los conoce.
P.- Bueno, en los Presupuestos Generales del Estado…
R.- En los Presupuestos sí, pero luego lo que ha pactado como los acercamientos de presos, etcétera. ¿Alguien conoce de verdad lo que ha pactado con ERC? Nadie. Nosotros hemos pactado con Vox y lo hemos puesto encima de la mesa. Por tanto, hay una diferencia clara. Y respecto a Pablo Casado, creo que es obvio que se han cometido errores, y errores que son importantes. A partir de ahí, le digo una cosa. Mi afecto por Pablo Casado me hace desearle lo mejor, una vez que es obvio que el 2 de abril va a dejar de ser presidente del Partido Popular. Está pasando por una situación humana complicadísima. Es muy difícil gestionar la situación que se ha generado. Y, por tanto, si me permite, prefiero no dar mi opinión, sino mostrar mi respeto hacia Pablo Casado.
P.- ¿Y qué le pareció la persecución, durante seis meses, del aparato de Génova a su partner, Isabel Díaz Ayuso?
R.- Creo que fue francamente mejorable la actuación que se llevó a cabo. Poner en duda la honorabilidad de quien es nuestro principal activo político en España en estos momentos, quien demostró que se podía ganar a Pedro Sánchez y jubilar a Pablo Iglesias… Al final, los errores se han pagado.